Por F. Sternbald y Cristina Hernáiz -vivalebio.com
Negre de crimea, atigrat, albercoc, de la pera, pera rosa, de poma, cor de bou rosa, del pebrot, pico luce, montserrat, anana, cor de beu, esquena verd, montserrat de l’empordà, xerri carbasseta, rosa plè, sant joan, bombeta groc, rose de berne, pico luce, pare benet, saint michelle, petit de mata baixa…
No, no es la lista de aldeas con menos de 300 habitantes del Pirineo catalán ni de los nuevos nombres de moda para bautizar a los niños en la zona, sino una pequeña, ínfima muestra de las variedades que puede ofrecer el fruto de una planta tan común como el tomate.
Pese a ser la hortaliza más consumida en España, probablemente en tu supermercado o hipermercado sólo encontrarás una variedad de tomate; industrial, insípida, inolora y, con casi toda seguridad, transgénica. Es decir: modificada genéticamente en el laboratorio de una multinacional, donde le habrán inyectado, por ejemplo, genes de peces de agua fría para bloquear el proceso de maduración y hacerla más duradera para los largos transportes.
Al margen de la grima que provoca pensar en ingerir ese inquietante híbrido de especies y de que, por ejemplo, si eres vegetariano o vegano, estarás consumiendo animales, eres consciente de todos los olores, sabores, colores y formas que te estás perdiendo cuando optas por los tomates de agricultura intensiva y no por los de cultivo ecológico?
En España y el Sur de Europa acaba de comenzar la temporada del tomate, y los agricultores ecológicos ya tienen a tu disposición todo su amplísimo abanico de colores y formas…
Si te interesa conocerlos, seguro que habrá alguno cerca de tu casa. Ellos saben que tienen que competir con la costumbre – nuestra mala costumbre – de comprar con los ojos, buscando la perfección en la aparencia. Pero no nos confundamos. Como todo en la vida misma, los verdaderamente buenos no suelen ser los más “guapos”, clónicos y uniformados…
El zumo de tomate ecológico, la mejor medicina
Pero lo mejor llega ahora. Además de su mayor variedad, y, por descontado, de su mejor sabor, los tomates ecológicos han demostrado ser mucho más efectivos en la lucha contra algunas de las enfermedades que más afectan a la sociedad moderna, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
Según un nuevo estudio científico publicado en la revista FoodChemistry y dirigido por Rosa M. Lamuela, profesora del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, el zumo de tomate de cultivo orgánico (ecológico) tiene más componentes fenólicos –compuestos de origen vegetal de gran interés nutricional y que pueden proteger al organismo contra enfermedades cardiovasculares degenerativas y cancerígenas –, que el del tomate de cultivo convencional.
La investigación aporta nuevos datos al debate científico sobre los componentes de los productos de cultivo ecológico en relación con los de cultivo industrial, a partir del estudio de los polifenoles en el zumo de tomate, que es la hortaliza que se consume más en España, tanto fresca como procesada.
En palabras de Lamuela, que dirige el Grupo de Investigación de Antioxidantes Naturales de la UB, ´´este es un estudio científico innovador para determinar los componentes fenólicos en zumos de tomate (ecológicos y no ecológicos), y su posible beneficio para la salud humana. Curiosamente, aunque el tomate se consume mucho en todo el mundo, hasta ahora solo se habían estudiado otros componentes de interés nutricional, como los carotenos (licopeno), pero se había hecho poca investigación sobre los polifenoles«.
Los polifenoles actúan como captadores de radicales libres y son capaces de regular la actividad enzimática con efectos beneficiosos para la salud.
En este trabajo, los autores analizan el contenido total de polifenoles, flavonoles, flavanones y ácidos hidroxicinámicos de zumos comerciales disponibles en el mercado. Las conclusiones revelandiferencias significativas, que no habían sido descritas hasta ahora, en el nivel de componentes bioactivos de los tomates de origen ecológico, en comparación con los de cultivo no ecológico.
El abono, el quid de la cuestión
Según explica la investigadora Ana Vallverdú-Queralt, primera firmante del estudio, ´´los resultados se podrían explicar por los mecanismos de defensa de las plantas según el tipo de abono empleado en el cultivo orgánico o en el convencional. En todos los cultivos, el factor más importante para el crecimiento de la planta es el nitrógeno. Ahora bien, en el caso de la agricultura convencional, este nitrógeno se puede añadir a la planta como nitrógeno soluble, como fertilizante, etc., mientras que en los cultivos ecológicos, la planta no recibe nutrientes artificiales y reacciona activando mecanismos de defensa que aumentan los niveles de polifenoles. En consecuencia, las plantas de agricultura tradicional se pueden volver menos resistentes a enfermedades y presentar un contenido más bajo en nutrientes, minerales y metabolitos secundarios«.
El Grupo de Investigación de Antioxidantes Naturales de la UB, que lidera la profesora Rosa M.Lamuela, forma parte de la Red de Referencia en Tecnología de Alimentos de la Generalitat de Cataluña (XaRTA) y del INSA. Este grupo tiene una destacada trayectoria en proyectos de alcance internacional relacionados con la investigación de polifenoles en los alimentos, su biodisponibilidad y los efectos en la salud humana.
En la actualidad, el equipo investigador impulsa diversas líneas de trabajo sobre estudios clínicos y epidemiológicos, sobre el resveratrol, la uva, los vinos y los residuos arqueológicos, así como sobrelas frutas cítricas, el cacao, el chocolate, la cerveza y el aceite de oliva, entre otros alimentos habituales en la dieta humana.